EL POETA QUE CREE EN EL HOMBRE:
Carlos Velásquez Iwaki
Entrevista al poeta cusqueño en la que conversamos sobre el contenido de su poesía, sus referentes literarios, su amistad entrañable con Raúl Brozovich, sus próximas publicaciones y el actual contexto político.
En algún momento usted dijo que hay que
creer en algo. ¿En qué cree usted?
Yo creo
fundamentalmente en el ser humano como esencia del universo, como síntesis de
lo que hay elaborar, perfeccionar y lanzar como una propuesta para poder evolucionar,
evolucionar no solamente en el sentido de bienestar sino, y fundamentalmente, en
el sentido espiritual.
Creo que el
ser humano es el punto central del universo en el que hay que creer y en el que
creo inexorablemente para lograr fines que nos lleven a una convivencia de bienestar.
Y es sobre este punto central, el ser
humano, sobre el que gira su poesía…
Efectivamente.
Yo creo que el quehacer humano está integrado o está elaborado por todos los
quehaceres de las cosas más simples como el desayunar, comer, la elaboración de
amores naturales, como es el amor a los familiares, padre, madre, hijo, los
otros amores que nos apasionan, y en general a una convivencia armónica tanto
en el plano afectivo como en el plano espiritual, y sobre todo con un
entendimiento cabal de lo que es la naturaleza.
Relacionado a la naturaleza, he leído que
su poesía habla, y lo he escuchado hablar a usted también, sobre esta
experiencia que ha tenido con el ayahuasca…
Claro, yo
tengo un poemario que se llama “Retrato en Tránsito”, que lo publicó la
Editorial Auqui del poeta Vladimir Herrera, que circuló simultáneamente en
Cusco y en Barcelona.
Es una
experiencia (respecto al ayahuasca) que me viene ancestralmente. Si bien es
cierto, no pertenezco a la región huachipaire pero yo soy de la parte de la selva del Cusco, de Kosñipata
específicamente, donde tuve la oportunidad de una convivencia con esas personas
de las que me imbuí y en silencio aprendí muchas cosas, y sobre todo tuve una experiencia hermosa
con el maestro Alejandro Jahuanchi, con el que tuve la oportunidad de llevar a cabo esta
experiencia del ayahuasca. Y creo que al margen de la especulación que se hace
sobre si es una droga o no, yo considero que es un equivalente al peyote en el
pueblo yaqui, que es fundamentalmente una herencia cultural
y una transgresión a las normas convencionales que occidente nos ha impuesto.
Usted se ha calificado como un “devorador
de libros”, ¿cuáles son sus influencia literarias?
Yo soy un
devorador de poesía fundamentalmente. En el Perú tengo preferencia por algunos
poetas, fundamentalmente por Martín
Adán, Juan Ojeda, Vallejo naturalmente, Emilio Adolfo Westphalen. A
nivel de otras naciones he descubierto recientemente a un poeta neozelandés: Blake, que
me parece genial, y en fin, los clásicos que creo que todo el mundo ha leído: Octavio Paz, Neruda, Manuel
Banderas, un montón de poesía que ahora es de fácil acceso en las redes
sociales, a través del internet. También leo muchísimo la poesía de los
jóvenes, he tenido contacto hace poco en mi estadía el año pasado en Europa con
este poeta peruano, muy joven aún, Nilton Santiago.
Habría que
redescubrir a Enrique
Molina, el gran poeta argentino, que es desgarrador, yo recomiendo a los
jóvenes que lean a este gran poeta para que se den cuenta de la dimensión que
trasciende la palabra.
Precisamente hablaba sobre Raúl Brozovich,
y usted vivió con él, fue su amigo. ¿Por qué cree que en el Cusco se le ha
tomado más importancia o se conoce más a Luis Nieto Miranda que a Brozovich?
Sin
desmerecer ni a uno ni a otro pues soy enemigo de las comparaciones, sin
embargo creo que Raúl Brozovich es el artista integral , no solamente escribió
poesía, es también dramaturgo, y sobre todo creo que su vida entera ha sido un
poema. Amalgamó, cubrió, manejó el uso de la palabra no solamente con elementos
regionales sino también tiene un carácter universal, y dicho sea de paso, es el
único ser humano que yo conocí que no sentía rencor ni odios pasionales por
absolutamente nadie, nunca se subió a un pedestal a decir que era el gran poeta
cusqueño, sino tenía una humildad que contrastaba con la monumentalidad de su
poesía.
Lucho Nieto,
su mérito es que apertura la poesía en el Cusco, tiene trabajos muy importantes
y creo que su presencia en el ámbito político y social ha sido más destacable
porque siempre estuvo a la vanguardia de los movimientos sociales que
convulsionaron en aquellos años y que compartió incluso con Pablo Neruda.
Raúl Brozovich, amigo entrañable de Velásquez
¿Qué opinión le merece el actual contexto
político?
Creo que se
ha emputecido la política en este país y lamentablemente siguen siendo los
mismos líderes con pequeñas diferencias, están Alan García, está por allí
Toledo, está Keiko como una continuación, en fin, y creo que la izquierda en
algún momento, porque sí me considero un hombre de izquierda, tuvo una
oportunidad histórica, pero el problema sigue siendo el mismo, un mal endémico,
el sectarismo, la pequeña cúpula que quiere dominar sobre la otra pequeña
cúpula, pero no hay atisbo de querer democratizar, vivimos en un contexto
todavía colonial cuanto a los partidos políticos, una corrupción generalizada
que ha tocado fondo.
Para cerrar la entrevista, ¿Cuáles son los
siguientes textos que usted va a publicar y en qué línea van?
Bueno, yo
tengo listo un libro que voy a publicar posiblemente en el mes de Abril, y creo
que yo tengo una línea, tal vez en este libro estoy intentando una experiencia
más dinámica con un lenguaje mucho más simple que me cuesta porque siempre he
estado en la línea de Martín Adan; pero también hay que experimentar, eso lo
aprendí del maestro Raúl Brozovich, que no hay que tener miedo a los experimentos
dentro de la poética. Y trata temas múltiples, reflexiones sobre todo después
de tantos años en el oficio, y tratar de condesar experiencias vividas tanto en
el extranjero como en este país.
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